Ayer, mientras esperaba en una banca de catedral frente al palacio municipal, con una persona de la oficina, y en una pausa de la platica mi compañero de banca rompio el silencio con la siguiente reflexión:
"Mira nomas a los pichones, ahi los tienes batallando en las cornizas tan angostas casi callendose, pudiendo subir al techo y estar mejor"
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